martes, 12 de mayo de 2015

Aire

Son las 7:06 am del jueves, la combi que va rumbo al trabajo acelera y frena sin distinción; de repente de su lado derecho sale un Attitude de color blanco, por poco chocan; el conductor es una mujer, que también acelera para recordarle a su “progenitora” del conductor de la combi. Un pasajero de acento norteño parece asombrado por la vehemencia que tenía la conductora. 

Una de las más de mil historias de esta ciudad, todo derivado de la capacidad de carga sobrepasada por la cantidad de automóviles, que afecta a todos los habitantes de la Ciudad de México y zona metropolitana. Esa cantidad ha provocado una mala calidad del aire aumentando los IMECAS considerablemente. La palabra IMECA es un índice que sirve para medir la calidad del aire, significa “Índice Metropolitano de la Calidad del Aire”; y mide gases como lo son el ozono  (O3), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y monóxido de carbono (CO). Lo que ocasiona enfermedades de las vías respiratorias (bronquitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, neumonía, etc.) y en el sistema cardiovascular (arritmias, infartos, etc.). 

En la ciudad se puede estar en vacaciones pero la cantidad de IMECAS puede ser alta, cómo la registrada un día como hoy, donde sobrepasa los límites permisibles y no se puede salir a realizar una actividad física tan sencilla como lo es salir a correr. ¿Por qué uno de los gases contaminantes, el ozono, puede afectar sino se encuentra en la estratosfera? ¿Cómo la actividad antropocéntrica reducirá la mala calidad del aire en las grandes urbes? ¿Individualmente podremos hacer algo para reducir la contaminación?, más y más preguntas podremos hacernos, otras actividades y disciplinas pueden entrar a reducir esta problemática. Siempre las acciones están encaminadas a solucionar la problemática y no a prevenir, que sería lo mejor para la gestión de políticas  ambientales como industriales. Usaremos mucho el “y si hubiéramos hecho esto…” “si dejáramos de usar el coche un días más…” “y si hoy me fuera caminando…” muchas cosas podríamos hacer, pero la realidad es que la actividad de la ciudad nos obliga a entrar a ese estrés, cómo el de la conductora “saludando” al señor de la combi, o a tener que usar el auto, porque existe más facilidad de traslado y evitamos muchas otras cosas que traen las grandes ciudades. 

Aun así, no es atrevido decir que a pesar del tráfico de la Ciudad de México, la contaminación por parte de las fábricas, etc., la Ciudad de México es un lugar que ha trabajado para la reducción de la contaminación, aunque sea un espejismo con un doble no circula en días de contingencia, o que dejen de circular los sábados los coches que tengan más de 8 años de antigüedad, en México se puede trasladar grandes distancias teniendo otras opciones, como es el sistema metropolitano, bien conocido como Metro, el Metrobus, el Tren Suburbano. 

Tendremos que utilizar la infraestructura que ha demostrado ser una gran alternativa para reducir esta contaminación y usar otras fuentes de energía capaces de mitigar esa calidad del aire que después afectará a la población mexicana.


-          http://www.planverde.df.gob.mx/ecotips/41-aire/456-ique-son-los-imecas.html
-          Rosales, C. J. A., Torres, M. V. M., Olaiz, F. G., Borja, A. V. H. Los efectos agudos de la contaminación del aire en la salud de la población: evidencias de estudios epidemiológicos. Salud pública de México.  43 (6). 2001. 544-555

Biól. Jesús Bazán Cuenca

jueves, 26 de febrero de 2015

Enfermería... ¿Yo?

Si en tu proyecto de vida profesional te has vislumbrado en el área de enfermería, pero todavía mantienes ciertas dudas respecto a esta fascinante carrera, hoy hablaremos más acerca de este tema, con la esperanza de dar respuesta a esas cuestiones que obstaculizan tu toma de decisión.
La Asociación Norteamericana de Enfermeras declara desde 1980 en un documento denominado «Nursing: A Social Policy Statement» que la enfermería es: "El diagnóstico y tratamiento de las respuestas humanas ante problemas de salud reales o potenciales"».

El singular enfoque enfermero se centra en el estudio de la respuesta del individuo o del grupo a un problema de salud. Desde otra perspectiva, puede suplir o complementar el cuidado de los pacientes desde los puntos de vista biopsicosocial y holístico.

Según el Consejo Internacional de Enfermería, esta se define del siguiente modo:
"La enfermería abarca los cuidados, autónomos y en colaboración, que se prestan a las personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, y los cuidados de los enfermos, discapacitados, y personas moribundas. Funciones esenciales de la enfermería son la defensa, el fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en la política de salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud, y la formación." 1

Hay varios  caminos para una carrera de enfermería, cada uno difiere en sus necesidades educativas. Cuando te decidas a estudiar  enfermería es aconsejable averiguar dónde te gustaría especializarte. Algunas especialidades populares de  enfermería incluyen enfermería pediátrica, neonatal, en salud pública perinatal, geriatría, rehabilitación, entre otras.

Son múltiples las funciones o actividades en las que los enfermeros pueden intervenir entre las que encontramos: recetar medicamentos y tratar y diagnosticar de manera independiente a los pacientes, proporcionan educación a pacientes, familias y comunidades sobre la prevención de enfermedades y salud.

Además, el o la profesional en enfermería  son responsables de proporcionar atención directa al paciente al observar, evaluar e informar los síntomas de un paciente, reacciones de tratamiento y el progreso. También ayudan a los médicos durante la cirugía y administran la medicina, se especializan en ayudar a las  mujeres embarazadas y a las parejas a prepararse para el parto y la atención temprana del niño, ofreciendo consejos de salud e instrucción sobre la observación de síntomas.

La oferta de trabajo que por lo regular se encuentran en los hospitales del servicios de salud y asistencia social, actividades gubernamentales y organismos internacionales que ofrezca servicios de salud a sus trabajadores, instituciones educativa o de manera particular proporcionando servicios asistenciales de enfermería.

En conclusión: La enfermería requiere ejercer su labor con profesionalismo, ética y responsabilidad, conocer y aplicar el proceso de atención al paciente, como estrategia básica de planificación,  el analizar y aplicar técnicas y procedimientos asistenciales, bajo la supervisión del médico así como participar en equipos multidisciplinarios de salud; no dudamos que en un futuro próximo ejercerás cualquier rama de la enfermería de manera responsable.   
                                                                                                                                  
Por: Juan Arturo Juárez Canul

Referencia Bibliográfica
1. Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Cuaderno de Divulgación, núm. 1. Preguntas y respuestas sobre la CONAMED. México, 1998.
 El concepto holístico abarca a la persona en su totalidad (cuerpo, mente y espíritu).
http://www.eneo.unam.mx/posgrado/especialidades/especialidades.php

miércoles, 28 de enero de 2015

Parque Nacional El Chico

—¿Hay diabéticos en su casa? —preguntó la enfermera al hombre, quien vacila en proporcionar una respuesta; robusto, abdomen prominente, rebasa los cincuenta años de edad, se somete a un chequeo de salud aportado por estudiantes del Centro Escolar Newton Toreo. Del mismo modo, setenta, quizás ochenta personas superaban temores y prejuicios para ponerse bajo las manos de jovencitos, inclusive muchos de ellos menores de edad, pero no por ello carentes de responsabilidad y sobre todo de la consigna de vida a la cual se habían vinculado: procurar la salud de sus semejantes.

Rostros impávidos, rojizos y quemados, quizás más por el frio que por el sol; miradas dubitativas, arrugas debidas a una vida dura, compleja, llena de carencias. Así son los habitantes colindantes al Parque Nacional El Chico, en Hidalgo, México. ¿Temor?, ¿ansiedad?, ¿incertidumbre? No me extraña que desconfíen de nosotros; cuando de casualidad alguien se acuerda de estas comunidades, es para tomarse la bonita foto electoral y también hay quienes los benefician con propósitos religiosos y proselitistas.

Por ello llama poderosamente la atención que poco más de cuarenta estudiantes paguen por viajar unos 100 km, ofrezcan servicios de salud y donen despensas, ropa y juguetes sin ningún otro propósito que quedarse con la satisfacción de estrechar una mano agradecida, recibir un abrazo solidario, observar a un niño jugar con inmensa alegría.

Quince horas repartidas viajando, trabajando, cargando material y equipo, interactuando con colegas y pacientes, con el cansancio natural de una jornada ardua y larga, producto de la primera salida para servicio social y comunitario del Centro Escolar Newton hacia una población necesitada de soporte y servicios.

Al final, queda una mezcla agridulce de sentimientos y emociones. Rabia, impotencia, coraje y dolor al ver la marginación y pobreza con la que muchos tienen que sobrevivir literalmente día a día; aspecto ignorado por quienes vivimos en ambientes citadinos. Un evento de estas características no solventará las necesidades expuestas ni suplirá funciones que le corresponden al Estado en cualquiera de sus niveles de poder, sin embargo, es posible compartir cargas y afectos a un nivel horizontal: ciudadano a ciudadano.

—Me dio las gracias, sentí bonito —dice una enfermera emocionada y conmovida. No es para menos, el contacto con la gente mueve sensibilidades y afectos. Estos viajes impregnan la vida, tatúan el alma, aniquilan la apatía. ¿Acaso no es lo deseado o esperado en la formación de un profesional de la salud? Si algo critica la gente en un hospital, es la frialdad con la que se desenvuelven quienes ahí laboran. Espero con ansias un nuevo viaje para desarrollar otro trabajo de campo, con la convicción y gusto de ver crecer a los futuros enfermeros y enfermeras. Con el ánimo y deseo de sentirme vivo y ligado a mis semejantes. Con la ilusión de creer que el género humano es algo más que especies que sólo nacen, crecen, se reproducen y mueren.








23 enero 2015
Daniel López Yáñez
Psicólogo.
Profesor Psicología y Ciencias Sociales.  

martes, 13 de enero de 2015

Memoria colectiva.


¿Qué es la memoria?

Poca dificultad habría en consensar una definición más o menos universal al respecto: “…facultad mental del ser humano que le permite recordar…” bastaría hojear cualquier libro de psicología elemental para ver dentro de su índice algunas nociones al respecto. No obstante, el estudio de los mecanismos de la memoria en el ser humano ha sido una entidad valorada desde planos exclusivamente fisiológicos, biológicos y cognitivistas. Mecanizar y/o sistematizar la actividad mental ha sido un criterio común dentro del ámbito de la ciencia. Reduccionista, por cierto.

Pero seamos honestos, ¿Qué es un recuerdo? Apenas transcurridos pocos segundos de haber visualizado un rostro, un edificio o un paisaje, si cerramos los ojos y procedemos a recordar dicha imagen, al final obtendremos una suerte de nube oscura, tenue, intermitente y mal confeccionada del recuerdo almacenado. Dicho proceso se torna más complejo con el correr del tiempo, incluso, llegando a modificar elementos de una imagen mental inspeccionada.

El siglo pasado, en 1925, Maurice Halbwachs en su clásico Les cadres sociaux de la mèmoire atendió el asunto de la memoria pero a partir de un acercamiento de tipo sociológico y sobre todo cultural. La memoria se nutre y afianza a partir de elementos como el tiempo, el lenguaje, el espacio y la interacción social con nuestros semejantes.

Los recuerdos son entidades mentales que van más allá de ser meras fotografías que se retrataron en el pasado. Son filtros, lentes o moldes con los que se le encuentra sentido y significado a lo vivido. Nuestra memoria se nutre de diversos afectos y valoraciones que vamos aprendiendo e implementando durante toda nuestra vida; se parte del punto en el que nuestros recuerdos son torneados y moldeados por la carga critica que se ha formado durante los años y que nos hace almacenar las imágenes y vivencias que nos ayudan a sentirnos plenos, identificados con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Mendoza (2004) afirma que nuestra memoria requiere como herramienta del recuerdo la necesidad de utilizar artefactos. Dichos objetos son elementos comunes, cotidianos, a veces sin valor material alguno: una carta, una foto, un anillo de compromiso que ha pasado por 4 ó 5 generaciones, un billete, un periódico, un corazón marcado en un árbol, una envoltura de chocolate o un diploma colgado en la pared. Estos artefactos, vinculan recuerdos y afectos importantes que facilitan a nuestra memoria a mantener vigentes dichas experiencias.



Si hay un proceso en el ser humano que tiene limitantes, es el de almacenar recuerdos, imágenes, sonidos e instantes; gracias a que tenemos artefactos en nuestro haber, nosotros podemos provocar siempre en nuestra memoria los hechos que nos ayudan a reconocernos e identificarnos. Incluso, tenemos artefactos que nos permiten tener identidad y cohesión como sociedad: un monumento, la bandera, edificios, espacios históricos. La memoria colectiva se construye a partir de las dimensiones culturales generadas en el seno de la familia, la escuela, la religión, el Estado y cualquier otro grupo social. Dichos objetos transmiten valores como el orgullo, lealtad, y valentía. Cada generación promueve y certifica sus propios elementos de cohesión e identidad, esto ayuda a comprender quienes somos, de dónde venimos y hacia donde hay que dirigirse.

 Daniel López Yáñez.
Psicólogo.
Profesor de Psicología y Ciencias Sociales.
Centro Escolar Newton Plantel Toreo

Bibliografía.

Fernández Ch. Pablo. (2004): “Los recuerdos”, en la Sociedad Mental, Ed. Anthropos, Barcelona. Pp. 137-170.

Halbwachs, Maurice. (1925): La memoria colectiva. Prensas universitarias de Zaragoza. Zaragoza, España.

Mendoza, Jorge. (2004): “La edificación de la memoria: sus artefactos” en Del pensamiento social a la participación. SOMEPSO, México. Pp. 129-150.